Para aprender a reconocer el virus, cerca de Moscú, los “perros chacales”,
una raza creada por un científico en la época soviética, se entrenan
para detectar a los enfermos de coronavirus en los aeropuertos, mientras
Rusia registra un fuerte aumento de casos.
En el laboratorio del centro de adiestramiento canino de Jimki, al noroeste de la capital, una pequeña perra gris huele una docena de frascos con muestras de orina. Después, el animal designa uno de ellos y en recompensa recibe un pequeño trozo de carne.
Para aprender a reconocer el virus, los perros se ejercitan con la orina ya que es «la sustancia más pura, sin olores extraños de cosmética o perfume», explica Elena Batayeva, directora del centro de adiestramiento canino de la compañía rusa Aeroflot.
Según la responsable, el virus no tiene olor pero la orina de los
enfermos huele diferente. No obstante, no hay riesgo alguno de contagio
para los humanos o los perros que participan en estos ejercicios.
«Los adiestradores no trabajan con el virus. La orina no lo contiene. Esto ha sido verificado y confirmado» por investigadores rusos del centro Vektor en Siberia, que desarrolla una de las vacunas contra el covid-19, recuerda Batayeva, durante una presentación a la prensa el viernes.
El director general de Aeroflot, Vitali Saveliev, indicó
recientemente que los perros podrían detectar a un positivo por
coronavirus simplemente oliendo la mascarilla de un pasajero de un avión
o una muestra de su saliva.
Este proyecto, que pretende reforzar la seguridad sanitaria en los aeropuertos, coincide con un fuerte rebrote de los casos.
El viernes, se anunciaron 12.126 nuevos casos, un balance que supera
el pico de mayo, cuando el país estaba confinado, lo que no es el caso
en la actualidad.
Desde el inicio de la epidemia, Rusia ha registrado oficialmente
1.272.238 casos, de ellos 22.257 mortales, lo que lo sitúa en el cuarto
puesto en el mundo en número de casos.